miércoles, 26 de septiembre de 2012

Dearly Beloved


Bueno, llevo tiempo queriendo hacer una entrada y cada vez que me siento delante del ordenador a escribir las palabras tienden últimamente a tener la mala y poco elegante costumbre de huir de mí cuando las llamo... Total, sobran palabras para esto...











miércoles, 12 de septiembre de 2012

Caminos


Caminos. Indecisiones. Decisiones a tomar. Hay más de uno, aunque parezca que no. Pueden ser buenos, pueden ser malos, aunque cada uno tiene su encanto; un paisaje, una curva, un haz de luz, una roca...

Pueden ser sinuosos y angostos, muy complicados de cruzar, pueden ser caminos anchos y apetecibles con una infinidad de colores, orgías florales a ambos lados, pueden tener peligros ocultos, monstruos de la mente, cautivadoras siluetas... y también pueden ser seguros.

Además, todos los caminos tienen finales, pueden ser buenos, malos, felices, tristes... Aunque no importa solo el final, a veces tomas un camino y ya ves el final, que puede ser malo, pero no por eso debes dejar de disfrutar del camino muchas veces, es el camino lo relevante, el final es nimio.

La cuestión, eso que nos come por dentro es, que nos maltrata y nos atosiga, eso que nos confunde, eso que oscurece nuestra mente es; ¿qué camino coger? 

En uno ves el final, pero te gusta el camino. En otro es un camino oscuro, pero tiene su encanto; el secreto, ¿en qué paraíso terrenal podrá dejarte? ¿Qué felicidad te proporcionará? ¿Qué bellezas esconde? Otro camino es muy largo, además está oscuro y no ves el final, por eso te da miedo meterte, tememos lo enteramente desconocido, sin embargo, nos atrae lo inexplorado, es un camino especial, nos repele y atrae al mismo tiempo... 

En otros caminos, sin embargo, empiezas por el final, y recorres el camino para volver al principio y coger otro camino, el que más te llame, el que debiste coger en un principio, ese que tanto te llamó la atención, ese en que pensaste cuando viste que el otro camino no era tan espléndido como gustabas pensar...

Oh caminos, mar de indecisiones e incertidumbres, dadme pistas, dadme razones, ¿con cuál de vosotros seré más feliz? ¿Cual de vosotros es el correcto? No, realmente, no hay camino correcto.

Pero... ¿y si no soy yo el que quiere ser feliz, sino hacer feliz a los demás? Puede que tenga que sacrificar el camino que más me guste para hacer feliz a los demás... ¿Seré capaz de eso?





lunes, 10 de septiembre de 2012

Aquí estamos

Bebiendo de mis recuerdos y de mis ganas de vivir. Bebiendo de mi música, el río fluye por mis venas, armónicas notas de piano suenan en una canción en fa sostenido menor, mis dedos acompasados consiguen hacerme huir de la realidad, no, en realidad, mi pesar fluye por esos dedos y por eso no siento nada, de mi oscuridad aparece una bella melodía.

Estoy asombrosamente bien, ileso, parece que nunca hubo guerra, que ese conflicto interior nunca se produjo, sigo escupiendo palabras, salen nubes de mi boca, salen notas, salen parajes olvidados, páramos, un blues de una generación perdida...

Ya falta poco, miro hacia delante y veo la luz, parece que nada ha cambiado, aunque quizá una parte de mí esté dormida...

EN FIN, aquí estamos






jueves, 6 de septiembre de 2012

Luz

Como la entrada anterior es muy triste y ahi estaba pasando un mal momento toca contar un cuento bonito... Trata de como aquí el cuentista alza la cabeza tras toda la mierda que tiene encima... Bueno, soy un cuentista, y además mediocre, puede que ni sea verdad lo que os cuente, probablemente tan solo sea un cuento más fruto de la imaginación de un escritor de cuentos... ¿O no?

Todo comienza cuando crees que ya se ha acabado, te das cuenta de que todo sigue su curso y todo era solo eso, un mal momento que se pierde por los pasillos de relojes derretidos...

"Tras ese bajón de anoche, me inunda la tristeza, no paro de darle vueltas, no consigo conciliar el sueño, me pudro por dentro. Me doy cuenta de una cosa; triste sale todo mal... bueno, menos escribir, puede que componer, porque tus sentimientos afloran, aunque estén rotos. Toca cambiar de filtro, ver la vida de otra manera, intentar ser feliz, las cosas se hacen mucho mejor con una sonrisa en la cara... no, en el alma"

Y ahí es cuando debes venirte arriba e intentar hacer las cosas bien, pues no puedes reparar el alma de otra persona cuando tú mismo eres un alma rota, no sale nada bueno. Ahí te vienes arriba, y todo empieza a funcionar, ves la luz, ves la esperanza, recuperas la ilusión. Y no, realmente no son efímeras, eso creemos pensar cuando le hemos perdido, es más facil de lo que creemos recuperarla, solo hacen falta ganas de vivir, un poco de coraje y fuerzas.

Ahora, respiro, pienso, sueño, imagino, recorro los largos pasillos de marfil de mi mente dormida, veo la luz, estoy en una gran sala circular, hay una puerta a la oscuridad, esa ya la pasé, aunque siempre se puede volver, te pueden encerrar ahí... El caso es que decides abrir la otra puerta, aún no se muy bien cual era, pero debe ser la de la felicidad, ya que al abrirla, me encontre lo que más me hacía feliz: había un gran prado, de hierba suave color esmeralda, que cubría una gran pradera, en el cielo siampre se ven dos lunas, una plateada y otra color cobrizo, que parecen los ojos del cielo azul. Bajo este cielo hay una cascada, en cuyos pies había un lago cristalino, donde se estaban bañando mis seres queridos.

Estaba dividido en partes, en la primera, no por ello más importante, estaban mis amigos, algunos recientes, otros olvidados, pero al fin y al cabo, amigos, los de verdad.

En la segunda, se veía a mi familia, estaba dentro de una hermosa cueva que había bajo el lago, se accedía buceando y era preciosa, la luz del sol entraba por diminutos agujeros del techo que era reflejada despues por una gran gema color zafiro.

 En la tercera... En la tercera está el amor de mi vida, tras una cascada, en un paraíso del que no me gustaría salir jamás. La vi sentada en una roca, de espaldas, cepillándose su suave pelo. La llamé, se dio la vuelta, pude ver su bello rostro sonrosado, su sensual silueta... Pero lo que más me cautivó fue su viva mirada, con esos ojos color Madre Tierra, caprichosos pueden ser un día tierra, otro día hierba...

Queda decir que en este paraíso de mi mente dormida, siempre suenan armoniosas melodías, eventualmente tocadas por mí...





 
 
Espero no salir nunca de aquí...
Espero despertar aquí cada mañana...
 

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Efímera Ilusión

Bueno, esto es un cuento de la vida que me pareció verdad en su momento, lo escribí hace mucho y he pensado que debería ser la primera entrada de mi blog (la primera de verdad, la presentación no cuenta)

Y es que parece ser que no se puede vivir tranquilo, sosegado... La vida te da cosas buenas, lo necesario para que seas feliz... o eso creías. Porque al final todo era una mera ilusión, las formas que crees ver en las nubes, nada. Porque la felicidad en sí no existe, es realmente una ilusión, disfrazada, que puede permanecer o no en los sinuosos e interminables pasillos del tiempo cual roca indestructible... NO, más ilusiones. La felicidad no permanece, se desvanece, y cuando se va, nos damos cuenta por fin de lo que ha pasado; un torbellino de emociones pasa por tu mente, una terrible sensación te oprime el pecho. Tienes ganas de llorar, pero no puedes, solo tienes ese dolor en el pecho que parece que va a ahogarte. Y recuerdas, te parece oír su armónica voz entrando en tu alma, recuerdas los buenos momentos del pasado, que son etéreos, que son todo siendo, en realidad, nada. No volverá a pasar, y lo sabes, te conciencias, en realidad, sabías que iba a desaparecer, pero lo apartabas de tu pensamiento para no sufrir, demasiado bonito.

 Ahora recuerdas todo lo bueno... Y por fin aflora, lloras, una cristalina lágrima brota de ti, la mas triste de todas ellas y a la vez la más hermosa; la primera. No puedes parar de pensar en la felicidad del pasado, pasado que no te pertenece. Lo perdiste, en lo más profundo, tu ser ansía que todo eso no sea una broma del destino... Pero no, es real, lo has perdido, se ha desvanecido, igual que el viento se lleva las nubes, y esa verdad cae sobre ti como una plancha de acero contundente, te deja atontado, inmóvil, muerto...

Y sabes que no debes mirar atrás, que todo está perdido, debes mirar al futuro, ese desconocido, hacia delante, pero eras tan feliz... No quieres preocupar a tus seres queridos, no quieres contar nada, no quieres recordar, te distraes en un inútil intento de ocultar tu dolor pero pronto lo das por un imposible, te lo tragas; no quieres escupir ese ardor que te quema por dentro, no quieres escupirlo, pero lo necesitas. Sin embargo, te pones una máscara; tu sanadora sonrisa. Parece que todo va bien, no pasa nada, pero el día acaba y las sombras de la mente se ciernen sobre ti. Tu máscara se resquebraja, todo vuelve... No puedes deshacerte de las sombras, no sabes que hacer, pero da igual, tienes que vivir, te preguntas por qué, nadie quiere vivir así, con ese dolor en el pecho, pecho que pretende ser de acero, pero que en realidad es de cristal, no.. de papel, un papel en el que intentas desesperadamente escribir una palabra: felicidad.

Pero aunque consigas escribirla, llega un día en el que esa tinta de mentiras se borra, vuelve la verdad, las sombras, no existe la felicidad, ese espejo que refleja lo que desearíamos tener, ser, sentir, esa felicidad que un día creíste poseer pero que resultó ser tu dueña, que te ha abandonado.

Pero en lo más profundo de nosotros, sabemos que la felicidad no existe, pues es una ilusión que la vida te da y que parece una broma de los hilos del destino mantener, no sabes que hacer para que sea una roca indestructible. Lo sabes, y formas un corazón de roca, pero resulta que es frágil, y cualquier recuerdo puede inestabilizarte, derrumbarte, hacerte caer, romperte en mil pedazos... Pues los recuerdos tienen el poder de sanar tu corazón... pero también tienen el poder de debilitarlo, volverlo frágil otra vez...

Vives sobre un suelo de cristal, aterrorizado, porque sabes que vas a caer, y sabes lo que viene, un oscuro abismo que te engulle, pero vives con la seguridad de ese tenaz cristal, esa felicidad protectora. Pero resulta que el cristal, la felicidad, la protección, se rompe, y te deja caer. Pero el abismo no tiene fin, vives con la incertidumbre de si caerás o no, esperanzado con la idea de que algún día te echarán una escalera, que te rescatarán. Aunque muchas veces pierdes la esperanza y te ves desamparado en un oscuro abismo, cayendo...

Pues todo es nada, todo son ilusiones, efímeras ilusiones del corazón, que algún día se apagan y hacen de nuestra existencia un estado inestable, quebradizo, casi irreal... Al fin y al cabo buscamos estabilizar nuestra inútil existencia, vamos siempre buscando la felicidad, como pobres necios que algún día enloquecerán, que caerán al abismo, pues les llegará el día en el que se den cuenta de la realidad, que el cristal se romperá, y desearán por todos los medios ser felices, que les echen la escalera. Y puede que lo consigan, que se la echen, pongan un cristal nuevo. Aunque probablemente les dure poco, se romperá, a no ser que sea bueno, les engullirá el abismo de las sombras de la mente, vivirán a tientas con la esperanza de otra escalera... Así que tenemos que estar atentos, sobrevivir, buscar un buen cristal, pues la felicidad no es más que una efímera ilusión, ilusión que se desvanece, se rompe, te deja a tientas, desamparado...

Ilusiones, ilusiones efímeras del corazón...


martes, 4 de septiembre de 2012

Presentación de cuentista barato

Bueno, como esta es la primera entrada que hago, no me la voy a currar mucho y voy a empezar a escupir palabras como si fuera una fabrica de cuentos paranoicos. Sí, eso es lo que hago, no tengo más función que la de una vieja y estropeada máquina de escribir. Conforme vaya escribiendo entradas y poniendo cosas en el blog me iréis conociendo mejor, o... ¿quién sabe? Puede que cada cosa que escriba se empiece a contradecir y no podáis haceros una visión clara de mi personalidad... Pero bueno, así es la vida con las personas supongo, una serie de hilos movidos, que aunque digan de diosas del destino y blabla (como en la película de Hércules, sí, la de Disney, me gusta, ¿problem?), la mayoría de las cosas que nos pasan son de hilos que nosotros mismos hemos liado, cortado, unido, etc.. Bueno, para terminar, espero que este lío de palabras semiordenadas que es este blog os guste. Firmado: cuentista cutre