Estoy asombrosamente bien, ileso, parece que nunca hubo guerra, que ese conflicto interior nunca se produjo, sigo escupiendo palabras, salen nubes de mi boca, salen notas, salen parajes olvidados, páramos, un blues de una generación perdida...
Ya falta poco, miro hacia delante y veo la luz, parece que nada ha cambiado, aunque quizá una parte de mí esté dormida...
EN FIN, aquí estamos
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